22 de agosto de 2012

DEN GYLDENE FREDEN, cocina sueca sin parar desde 1722

Österlangatan 51, Estocolmo

De lunes a viernes de 11:30 a 14:30
Lunes, jueves y viernes, también cenas de 17:00 a 23:00
Sábados de 13:00 a 23:00

Un primero, un segundo, postre y una cerveza Brooklyn: 60€

Los precios de los vinos pican, aunque el blanco y el tinto de la casa no son caros: unos 15€ la botella. Eso sí, no los hemos probado.



CURIOSIDADES:

-Es el restaurante más antiguo del mundo.

-Pertenece a la Academia sueca, la que concede los Nobel, y sus miembros cenan aquí todos los jueves.

-Den Gyldene Freden significa "la paz dorada" y hace referencia al Tratado de Nystad, firmado un año antes de la apertura del restaurante.  Aunque dicho acuerdo contemplaba aspectos malos para los suecos (la cesión de territorios a Rusia), contenía uno bueno: conservar Finlandia. De ahí que la paz fuera buena, como siempre, y dorada. 



Den Gyldene Freden, una institución
El libro Guinness acredita que Den Gyldene Freden, en Gamla Stan (el casco antiguo de Estocolmo) es el restaurante que lleva más años conservando su emplazamiento original. Concretamente, desde 1722. El récord es fácil que perviva, según se mire. Sólo perderá su sitio en el ranking si cierra o se traslada. Puede parecer sencillo resistir si no fuera porque la cocina que cultiva, la tradicional sueca, no es especialmente atractiva. De hecho, salvo algunos platos como los arenques o las albóndigas de carne (nada que ver por cierto con las de Ikea: aquí son mucho más caras pero buenas), la cocina sueca es más importadora que exportadora. De ahí que en la carta de Den Gyldene Freden encontremos una crème brûlée y un pescado con espinacas, croutons y, agárrate la faixa, allioli. La escriben mal, aioli, aunque eso también pasa en España, pero por lo demás conocen perfectamente esta salsa y es habitual encontrarla en Suecia como aliño en sopas de pescado.

Caro, pero qué no lo es ara un español en Suecia, este acogedor y pequeño restaurante presenta platos tradicionales a su manera. No es que vayan de autores, sino que, por ejemplo, hay maridados (como el arenque con azahar, o prästost macerado en vodka y servido con anís y comino) de cosecha propia, que no encontraremos en un supermercado.

Las clásicas köttbullar, albóndigas suecas, con pepino y puré
Con presentaciones austeras, carnes con guarniciones excesivamente simples tratándose de platos de unos 25€ (una cucharada de puré de patata y guisantes al vapor) y postres sin complicaciones, Den Gyldene Freden cultiva una cocina autóctona sin rodeos, que sin duda nos parecería más honrada si en lugar de cobrar en euros recibiéramos la nómina en coronas suecas. Eso sí: el servicio, como los suecos en general, es muy atento.

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